Los escolares de Infantil de cinco años se hallan inmersos en una nueva aventura. Andan como locos al encuentro de un oso que se ha escapado del circo y está perdido por Madrid. En tanto lo encuentran, nuestros pequeños lo están aprendiendo todo sobre la capital de España. Si queréis saber más, seguid leyendo…
A nuestros peques de cinco años se les ha escapado el oso. Ya os contamos cómo durante el pasado trimestre trabajaron con el circo como telón de fondo. Pues bien, uno de aquellos osos circenses, sin duda, el más revoltoso y juguetón, no se sabe cómo, consiguió escaparse. Y, claro, ahora toca encontrarlo. Como dicen que el plantígrado ha sido visto en Madrid, ni cortos ni perezosos nuestros chicos se han lanzado inmediatamente a su busca.
El problema es que la capital de España es una ciudad inmensa. Para facilitarles su locomoción por la capital las profes les han facilitado tickets de metro elaborados artesanalmente por ellas mismas. Y cómo hay que buscarle el lado positivo a las cosas, lo mejor de todo es que mientras encuentran al oso perdido, están aprovechando para conocer Madrid a fondo.
Así, por ejemplo, ya saben en qué estaciones de metro se encuentran algunos de los monumentos más importantes de Madrid: saben que para llegar a la Plaza Mayor hay que bajarse en la estación de Sol; que la Puerta de Alcalá se encuentra al lado de la estación de Retiro, la catedral de La Almudena en Ópera, las torres KIO en Plaza Castilla y así un largo etc.
A su paso por la ciudad están conociendo a los diferentes profesionales que desarrollan su profesión en servicios públicos (carteros, bomberos, policías…), sus principales edificios: ayuntamiento, biblioteca, correos, además de servicios privados (farmacias, hospitales…). Y por supuesto, disfrutando de las bondades de la estación primaveral, aprenden sus principales características.
Por último, no podemos olvidarnos de las fiestas. Mayo, el mes de la Virgen María, les ha dio ocasión para rendirle a nuestra Señora un sentido homenaje. Al igual que al patrón de la ciudad, San Isidro, cuya historia les fascinó. Y para terminar, ¡qué mejor que un buen chotis!.
Lo cierto es que nuestros chicos siguen sin hallar el paradero del oso, pero las pistas que van consiguiendo inducen a pensar que el objetivo está cerca. Cuando lo encuentren dad por seguro que algún premio recibirán. Entretanto, ¡que les quiten lo bailao!
