Dada la gran aceptación con que fuera recibido desde que se pusiera en marcha en septiembre, hace unos días se iniciaba el taller de Robótica para Bachillerato. Desarrollo de la capacidad analítica y creativa, disciplina, afán de superación y trabajo en equipo son solo algunas de las recompensas que ofrece esta actividad.
El taller de Robótica fue una de las grandes novedades introducidas por el colegio para el presente curso. Nacida a iniciativa del profesor de Informática, Rubert Pacheco, y enfocada un primer momento hacia los alumnos de Primaria, la acogida recibida fue tan positiva que hace tan solo unos días, a petición de los escolares y familias de Secundaria, el taller de Robótica se ponía en marcha también para los alumnos de esta etapa académica.
Nos cuenta Rubert Pacheco que lo bueno de la robótica es que se trata de una forma divertida y atractiva de enseñar tecnología fundamental y conceptos de ciencia. “El funcionamiento es sencillo,–afirma Rubert- ya que trabajamos con equipos de Lego Mindstorms, es decir, piezas de Lego que llevan incorporadas un pequeño ordenador, y donde el trabajo en equipo se convierte en fundamento de nuestra operativa, sea cual sea el proyecto que queramos desarrollar”.
La Robótica anima a los niños a pensar creativamente, analizar situaciones y aplicar el pensamiento crítico y habilidades para resolver problemas a los problemas del mundo real.
Desde el mismo instante en que el estudiante se plantea la construcción de un robot, debe identificar lo que se necesita cumplir para su realización. Es algo así como resolver un problema de un modo divertido.
Ya con la aplicación en mente, toca comenzar el proceso de diseño; una etapa que ofrece grandes recompensas para el estudiante, como por ejemplo, el ver desarrollada físicamente su idea conceptual. Asimismo, existen una variedad de lenguajes de programación disponibles para la robótica, desde los entornos de desarrollo gráfico para lenguajes basados en texto.
Si hubieran de destacarse las principales aportaciones que la robótica ofrece a quienes se atreven con este desafío serían las siguientes:
- Disciplina y rigor: por medio de la programación, la manipulación de instrumentos tecnológicos y la responsabilidad de lo que implica el trabajo en equipo, los alumnos adquieren conciencia de la importancia de ser ordenados y comprometidos con lo que se está desarrollando.
- Deducción e inducción: desde el momento en que se enfrentan a un problema, buscan una solución y continúan avanzando en el desarrollo de su proyecto, utilizando toda su capacidad creativa.
- Abstracción: a través del proceso de programación, los estudiantes son capaces de conceptualizar una fórmula en una acción concreta: programar el robot.
- Resultado visible: la robótica permite a los estudiantes evidenciar el resultado de los procesos llevados a cabo: desde la construcción del robot, la programación de sus acciones hasta ver al robot ejecutándolas. Es decir, ven que no sólo hay una fórmula, sino también un producto.
- Trabajo en equipo: la robótica potencia el trabajo colaborativo entre pares. A lo largo del proceso, los alumnos toman conciencia de que juntos los resultados que se quieren lograr se hacen más visibles.